domingo, 24 de noviembre de 2013

La mujer corredora y del corredor.

Hoy no toca hablar de mí, ni tampoco de lo que me rodea en este mundo de aprendiz del día a día que me envuelve.

Hoy me gustaría prestar especial atención a la mujer corredora o a la mujer del corredor, monta tanto-tanto monta.

Con la música de fondo y analizando todo lo que ha pasado en estos días atrás, esta entrada va dedicada a ellas. La mujer corredora y a la mujer del corredor. Pequeño homenaje desde este blog en el que analizando el entorno en el que me muevo, de clubs deportivos y carreras a lo largo de la geografía andaluza y en algunas ocasiones fuera de ella, veo y analizo desde otro punto de vista como sufren y viven lo que nosotros padecemos.

Hace justo una semana Ana corrió su primera carrera de 10 kilómetros, todo un reto. Quizás para todos los que estemos acostumbrados a correr y sobre todo los que hemos preparado una media distancia, esos 10k pueden no significarnos nada. Pueden hacernos ver que no es más es una corta distancia entre la salida y la meta en la que pasa menos de 1 hora. Pero no, no es eso. Hay que quitarse el sombrero por aquellas mujeres que tras sus jornadas de trabajo, sus labores hogareñas en las que incluyo la ardua tarea de los hijos. la oraganización de la casa, comida, compra y todo aquello en lo que muchos de nosotros, los hombres, dejamos a manos de la otra mitad.



Aún así, sacan tiempo para correr, para lograr esa liberación que llegas a alcanzar cuando te metes kilómetros y kilómetros, muchas veces sin un objetivo claro. Quizás no todo lo que quisieran, quizás no sean tan exigentes como nosotros, donde nos gusta exprimir al cuerpo, llegar a nuestro propio límite planificando cada uno de nuestros entrenos buscando un solo objetivo. EL TRIUNFO. Bien sobre los demás o bien sobre nuestra propia marca. Esa angustiosa agonía del ser humano de intentar llegar un poco más allá.

Pero no quisiera que todo esto quede en calzarte unas zapatillas y salir a correr, No, es sólo parte del objetivo de esta entrada. Hay mucho más detrás.

Quizás recordéis la última entrada. Esas mujeres que aguardan en meta a que su media "naranja" llegue a meta. Es suficiente con verlo aparecer, bien sea el primero, bien sea el último. Minutos de espera, ansiedad, búsqueda, preocupación hasta que lo ves aparecer.

Llevo dos carreras sintiendo esa extraña sensación, la de estar al otro lado. Con la cámara en mano y la mochila a la espalda. Esperando que los minutos sean segundos y las horas minutos. Pero es precisamente todo lo contrario. Los segundos se hacen minutos y los minutos horas. Buscas un color, el color de ese respirar profundo que te hace alentar tu interior sabiendo de que sigues ahí, tu disfrutando y yo sufriendo. Porque sí, sufro esa desesperante angustia hasta que tu presencia se hace cercana y próxima, la cual sólo se consigue una vez cruzamos la meta. Recuperas el aliento y te hace sentir nuevamente que todo ha pasado.

Hoy Ana corrío el Gran Fondo del Mediterráneo por la carretera del Cañarete que une Aguadulce y Almería a través de la costa, un marco precioso en el que el día ha acompañado. Tras ver hoy un precioso amanecer mientras entrenaba mis 11k de hoy, poco después sobre las 10 de la mañana volvían las gomas a pisar el asfalto del Cañarete. Justo ese tramo donde tantos domingos he pasado junto a él, donde la gente aún no se había acostado y yo ya me había levantado para darle los buenos días al domingo. Justo donde las mujeres de esos corredores aguardaban la llegada de sus parejas, niños en mano, que aquí la saga continúa. Ver llegar a cada uno de ellos es toda una satisfación. Seas el primero o seas el último.



Pero queramos o no la preocupación está ahí. Hoy Fernando llegó al límite. Cuando digo al límite no lo digo por decirlo, las fotos a poco más de 50 metros de meta así lo demuestran. Pero ellas, siempre atentas, corrían para alentar la falta de oxígeno que te produce el llegar a ese extremo. Hoy nos has dado un susto a más de uno y sobre todo a ella, "la mujer del corredor". Quizás no seamos conscientes de lo que tengamos alrededor, quizás no lo valoremos en ese momento, debe ser muy difícil cuando la ausencia de oxígeno llega a esos valores ponerse a analizar este tipo de situación. Pero ellas siempre y en la mayoría de los casos están ahí.



Una vez pasado el susto, la angustia o llamadlo como queráis , sólo nos queda hacer partícipe a todos de que este pequeño "gran" grupo de mujeres corredoreas o del corredor, la tenemos a nuestro lado. La tenemos 3 horas aguardando a lleguemos de nuestra primera maratón. La tenemos aguardando a que salgas de los últimos en tus primeros triatlones. La tenemos corriendo hacia meta cuando te ven que llegas al límite. La tenemos aguardando con nuestro hijo para dártelo cuando subas al podium. O simplemente la tenemos corriendo justo 11 horas después de que haya llegada a casa de trabajar tras una jornada dura de trabajo.

No quiero dejar atrás todo lo que estas últimas semanas estamos viviendo. La creación de un nuevo club. El Club Deportivo Algaida, donde con una gran ilusión por parte de sus fundadores y sobre todo me merece una mención especial su Vicepresidente y con mayúscula, un hombre que a su edad tenga la ilusión que le está prestando a este proyecto es digna de admirar, para quitarse el sombrero. Sin duda espero que perdure mucho tiempo esa ilusión que a día de hoy mantenemos.

Así que #go y muchos kilómetros para todos y a darle caña que hay que llevar esto a lo más alto.

Va por ellas. Las que corren. Las que aguardan.

Sweet love everybody