miércoles, 10 de agosto de 2016

Triatlón Ardales "Puerta del Caminito del Rey".

7:39:51.

Eso fue el tiempo oficial que hice en el triatlón de Ardales distancia Half.

Quizás ha pasado demasiado tiempo para escribirlo, pero aun puedo conservar en la memoria lo vivido el 10 de abril de 2016. No ha sido un triatlón cualquiera, es y será desde ese día un referente. Mucha gente ya me ha comentado que estará pendiente a las inscripciones del 2017.

Un triatlón que se caracteriza por varias cosas que lo hacen especial. La distancia es 1,9/90/21 y como ésta hay muchos. Pero cuando te crean una banda sonora que te acompaña desde momentos antes del agua, la oyes en la bici y cuando pasas por la contrameta en Ardales, poniéndote los pelos de punta, ya hace que te inyecte la fuerza suficiente para seguir adelante. Unos recorridos espectaculares. Duros, muy duros. Pero sobre todo, el cariño que ha mostrado la organización, el apoyo de los pueblos y sitios por donde pasas, los voluntarios que había en cada cruce o camino, incluso la Guardia Civil te apoyaba cuando te quedaba poco para bajarte de la bici y todavía te quedaba un repecho que parecía un muro y que no recordabas haberlo bajado 70 kilómetros antes.

Sólo tienes que cerrar los ojos y escuchar este vídeo o verlo y saber de lo que hablo. Los sitios por los que pasamos.

Nadamos en el embalse Conde Del Guadalhorce. El agua estaba fría, así que tocaba calentar bien y no estar parado en el agua. Pero hubo un participante que cuando dijeron el sitio de salida se puso a nadar como un loco, como si estuviera sólo en el embalse, con la mala suerte de que me llevé un manotazo en la cara y mis gafas volaron. Uffff, primer contratiempo, nadar 1900 metros sin gafas y sin ver nada en el agua ya que estaba un poco turbia. Así que al dar la salida nadé como pude. Un circuito a dos vueltas, sin gafas y sin ver nada de nada ya que cada vez que tenía que meter la cabeza para dar cuatro o cinco brazadas lo hacía con los ojos cerrados, me paraba y miraba hacia donde iba y donde tenía alguna referencia que no hiciera nadar más de la cuenta. Vamos una pésima natación y me dio mucha rabia porque cada vez que nadaba me acercaba a alguien que tenía delante, pero me tenía que volver a parar. Recuerdo que en la segunda vuelta lo veía todo borroso y me costaba mucho tener alguna referencia. Aún así salí del agua como pude y esperar si podía ver algo poder hacer la bici decentemente.

En el sector de ciclismo, después de lo sucedido en el agua, era que si no mejoraba la visión tocaría abandonar. Con las subidas y bajadas era arriesgar demasiado a tener un accidente por no ver bien una curva. Con la incertidumbre empecé a sumar kilómetros y poco a poco empezaba a ver bien, así que a seguir dando pedales. Una primera parte que bordeaba el embalse con alguna que otra subida que te iba indicando que este no era un triatlón para hacer buena marca, si no para sufrir y disfrutar encima de la bici. Posteriormente entramos en Ardales, claro, no podía ser de otra manera que por una cuesta, !!!!!!Y QUÉ CUESTA¡¡¡¡¡¡ pero ahí estaba un montón de gente con pancartas en la mano animando, música y palmas para darte la bienvenida a la plaza donde finalizaría el triatlón. Al salir de Ardales es donde realmente empieza lo duro. Eran 90km con 1800 metros de desnivel acumulado. Vamos que había que subir un montón. Las subidas se encadenaban, unas de 5 kilómetros, otras de 9, otras de 6. Pero creo que la peor de todas fue la salida de El Burgo, donde también te recibían con música, speakers y te nombraban al pasar por la plaza. Al salir de El Burgo te encontrabas una recta que no terminaba nunca, pero no terminaba porque apuntaba hacia arriba. Desde lo lejos podías ver a la gente dar chepazos y pedalear de un lado a otro de la calzada para poder subir. Poco a poco seguía sumando kilómetros y acumulando desnivel en la piernas. Con un 34x28 hace que lleves mucha cadencia de pedaleo para evitar agotar las piernas y que no se te agarroten que después venía la media maratón. Después de tanto subir, venía una bajada donde estaba el punto de retorno, ya quedaba menos de la mitad, pero había que seguir subiendo. Empezó a llover un poco, empecé a tener frío bajando, pero veía cada vez más cerca llegar a la plaza. Aunque no sin antes poner la bici a 78km/h en la cuesta que he comentado antes que había a la salida de El Burgo. Acojona y mucho ir a esa velocidad en la bici, cualquier fallo puede hacer que te des un porrazo bastante gordo. Los avituallamientos con agua, geles e isotónicos y muchísimos voluntarios, no faltaron durante todo el recorrido de bici. Y las vistas espectaculares.

La media maratón era un circuito de 4 vueltas. Hay mucha gente a la que no le gusta dar vueltas como un ratón en la carrera a pie. Eso es porque no han estado en Ardales en este triatlón. Pasar por la plaza donde te hacían un pasillo y te daban ánimos, la música, la gente desde los bares animando, avituallamientos para aburrirte sin que faltara de nada, desde fruta a geles y agua. Pero un circuito muy duro también. Estabas constantemente subiendo o bajando y donde en muchas partes del recorrido te cruzabas con triatletas. La entrada a meta espectacular. A pesar de ser de los últimos, todavía había gente animando y eso que estaba lloviendo, un aplauso para ellos y beso a mi Ana que me estaba grabando como llegaba.

Al parar me dolía todo, no me podía casi ni mover, del cansancio y de la emoción. No me salían las palabras. En ese momento se te juntan demasiadas cosas como para poder expresarlo. Todo ello sin ser consciente de lo que había hecho. Ya que una prueba de esta dureza y esta distancia te la tienes que tomar como pequeñas etapas para poder superarlas una tras otra.

Si. 07:39:51. Ese día no te das cuenta de lo logrado, sólo sabes que ha sido duro el llegar hasta ahí, pero que quieres volver a repetir. Poco a poco ves que ha sido todo muy grande lo que has logrado y más cuando comparan a este prueba con otras que hay de mucha dureza. Incluso la gente te pregunta cuando te ven y saben que has hecho este triatlón o simplemente te ven con la camiseta FINISHER y se te acercan a preguntarte por él.

Son tantos los detalles y todos buenos que podría estar enumerándolos sin parar. Pero sobre agradecer al Club Triatlón de Álora el haber realizado este evento. A todos los voluntarios, especialmente a la Asociación Afidia, increíble como son animándote en cada momento y dándote su mejor sonrisa al llegar a meta. A la gente de los pueblos implicados. A ti Ana por sufrir tanto o más que yo en este triatlón.

Sólo espero estar en el embalse el año que viene para poder conquistar nuevamente la Plaza de San Isidro y volver a disfrutar de este triatlón.