sábado, 8 de agosto de 2015

La sensación del cansancio.

Hay sensaciones y sentimientos que salen cuando menos te lo esperas.

Una de ellas es cuando estoy cansado. Y os lo digo por la sensación que me produce el cuerpo cuando lo estoy.

En el Triatlón de Almería de este año y en la distancia olímpica llegué a meta cansado y mucho. Empezamos nadando en un mar en el que había olas más grandes que yo (cuando me metí a calentar la primera ola me sacó a la orilla). En la vida me había metido así en el mar y mucho menos a hacer 1500 metros o más. Así, con un mar para hacer surf y un pequeño grupo de unos cuatro o cinco salimos del agua como pudimos, vamos, como todos.

La misma tensión que pasé nadando se me trasladó a la bici, estaba totalmente agarrotado y era incapaz de ir a rueda de nadie, solamente aguantaba unos kilómetros y las piernas pedían bajar el ritmo. No pasa nada, no compito con nadie. Sólo conmigo mismo.

Bajarse de la bici y tener piernas de madera es lo más divertido en un triatlón. Te duele todo y de esta manera, con los cuádriceps a punto de estallarme y pasito a paso fui hasta completar las tres vueltas que había que dar.

Sí, llegué cansado a la meta, pero con una sensación agridulce rondaba mi cuerpo. A pesar de haber mejorado tiempo con respecto el año pasado y que las condiciones que habíamos tenido en la natación había condicionado el posterior desarrollo de la prueba y el tiempo final, no estaba del todo contento, pero claro, la respuesta es fácil. El por qué era que, andaba con mi neopreno, mi bici, mis zapas hacia el coche solo. Me faltaban los míos. Y esa sensación de que no están a tu lado cuando estoy cansado hace que me entren ganas de llorar. Quizás sea una tontería, pero no es la primera vez que me sucede.

Andaba con la cabeza baja, cuando debería de ser todo lo contrario, por poco que sea mejorar siempre es positivo, pero ese nudo en la garganta no se me iba. Hasta que llegué a casa y recibí el abrazo que necesitaba.

Hoy ha vuelto a pasar. Tocaba salida larga de bici más 4x1000 de carrera. Tras finalizar la segunda serie de 1000 he parado, demasiado calor, me estaba achicharrando los hombros y el cuerpo ha dicho que pare. Y como considero que hacer burradas no es necesario he parado, me he refrescado en la ducha de la playa y para casa andando. Pero ahora otra vez esa sensación de cansancio y lágrimas en los ojos.

Menos mal que soy un afortunado de estar rodeado de gente que me quiere. Por lo más grande que tengo mi Anukis y mis niños.

Ahora a recuperarse y a disfrutar¡¡¡¡¡

Para terminar un hechizo para todos. 




P.D. Hay veces que cuando también estoy muy cansado me cabreo, pero....... no se lo digáis a nadie. ;)